Tras una serie de confusos eventos ocurridos durante estas
dos semanas, La Familia descubre que el mono resultaba ser un Rey Mono,
conocido por su pueblo como “Rey de los Esteroides”. Había sido menguado y
adaptado a un tamaño de mono originalmente para apoderarse de su reino,
compartido con la especie del pez-hermafrodita – ¿Es necesario explicarlo todo? – en el Templo
de Agua.
Muy agradecido el Rey Mono trasladó a La Familia a su
Castillo ofreciéndoles residencia hasta que se compongan las cosas.
En este momento están todos reunidos en la Mesa Principal,
cenando.
Max: quiero irme
Jack: podrás irte cuando acabes
tu comida
Max: quiero irme ahora!
Jack: Ok, pero llévate un abrigo
Y aprovechando la distracción de quienes estaban en la mesa –
aclaro que estaban todos los mono-súbditos del rey – usa su capa para hacerse
invisible y husmear el castillo. De esta manera, Max estará satisfecho ya que
aclarará su sospecha.
Vaya Max, ¿Acaso eres un fanboy de Raven? Como sea, Max
comienza a pasear por los pasillos del Castillo, suponiendo que nadie lo ve.
Quizá nadie lo vea. O quizá, nadie le daba importancia ¿Alguien se frenaría a
observar a un chiquillo con una capa azul? Por lo tanto, corretea como el alma
que lleva el diablo.
Max se queda en la puerta de la cocina escuchando los
comentarios de los cocineros, bien, al parecer no había razones por la cual
sospechar de este Castillo.
Max se dispone a volver pero siente que se eleva rápidamente
y es sacudido. Max fue sorprendido por un guardia, o eso debo de suponer.
Guardia:
qué haces por aquí?
Max: cómo haces para verme? Soy invisible
Guardia:
eres invisible, con tu imaginación
Max: [inserte un insulto aquí]
Guardia:
te mueves demasiado rápido, casi que eres invisible, debo de suponer que es por
tu capa
Max: se supone
Guardia:
tendré que llevarte al calabozo por entrometido, diré que has roto una jarra
Max: no hay jarras por este
pasillo
Guardia:
cállate, tengo que improvisar algo para poder meterte en el calabozo.
Max: tú también consumes
esteroides?
Max es llevado al calabozo sin razón alguna.
